Para poner a la venta la vivienda familiar después del divorcio habrá que tener en cuenta la situación de la familia y si hay menores, además de a quién pertenece la casa.
¿Es posible poner a la venta mi vivienda familiar si me divorcio?
En primer lugar, al tratarse de una vivienda familiar, se tendrá que decidir quien tiene derecho a uso de esa vivienda. Lo que prima en esta situación es la protección de la familia, según establece la ley. Esto quiere decir es que el derecho a uso de la casa recaerá en la parte más desfavorecida de la pareja o, si se tienen hijos o hijas, en quien tenga la custodia. Se pueden dar varias situaciones:
- Si la pareja tiene hijos o hijas:
En el caso de que la custodia de los menores pertenezca por completo a uno de los progenitores, éste tendrá derecho a usar la vivienda familiar junto con los hijos hasta que sean mayores de edad. No importa si la vivienda es suya o de la pareja. Se hace así porque prevalece el interés de proteger a los menores. En esta situación, también podría vender la casa.
No obstante, cuando hay menores, pero la custodia pertenece a ambas partes de la pareja por igual, entonces será el juez quien dictamine quién y cuándo puede usar la casa. Y lo más probable es que sea necesario el consentimiento de ambas partes para poder venderla.
- Si no se tiene descendencia o son mayores de edad:
Primeramente, se tendrá en cuenta si alguno de los dos tiene necesidad de protección. En esa situación, esa será la persona que pueda hacer uso de la vivienda, independientemente de a quién pertenezca.
Si finalmente la casa recae en la persona que no es propietaria, entonces el titular de la vivienda necesitará el consentimiento de la pareja para poder venderla.
Capitulaciones matrimoniales
Para evitar desacuerdos en el caso de que se rompa un matrimonio, muchos firman capitulaciones matrimoniales. Las capitulaciones son un documento en el quienes van a casarse dejan por escrito una serie de normas con respecto a cómo funcionará su matrimonio. También se pactan cómo se gestionarán los bienes económicos, como por ejemplo, si quieren poner a la venta la vivienda familiar si hay divorcio.
De todas formas, lo que dicten las capitulaciones nunca estarán por encima de la protección de la familia. Además, lo acordado en las capitulaciones matrimoniales debe respetar la Ley, la igualdad de derecho entre los cónyuges y tiene que estar firmado por ambas partes.
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